Un día, la extraña criatura amorfa decidió salir de allí. Sacudió el polvo de su cuerpo y se atrevió a salir de aquella caverna...
Por primera vez sintió calor, y por primera vez, confió en sus débiles pasos.
Aquel día la extraña bestia decidió dejar de ocultar su piel, y conocer las nubes. 
Muchas personas se volvieron enemigas, entonces...
Y blasfemaban contra cada sonrisa que ésta manifestaba.
Pero la bestia no se volteó. Y de temor no se volvió a ocultar.
 
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