Hablenme de la lluvia, del buen tiempo no, el buen tiempo hace tiempo lo detesto yo...
el sol radiante me revienta...
...por que el más dulce amor que pude conocer me lo dió San Isidro cuando hizo caer del cielo una larga tormenta.
Una noche de julio en que vino a trotar sobre los techos una tormenta ejemplar
con sus mil fuegos de artificios, desdeñando su cama, llegó en camisón
la vecina golpeaba ansiosa mi portón... buscando mis buenos oficios.
-¡Estoy sola, ábrame!, ¡Me muero de terror!... ¡Mi marido se fué a su dura labor!
¡ya llevo dos, o tres desmayos...!. Siempre que llueve así duermo en otro portal,
pues su trabajo es ser Gerente General de una industria de pararayos...-
¡Viva Benjamin Franklin!- mascullaba yo -, cuando ella en mis brazos refugio buscó
Después el amor hizo el resto. Ay! el que siembra pararayos a granel, en tantas casas que olvida en la de él... Error no existe más funesto.
Cuando el buen San Isidro aplacaba su ardor, la pobre habiendo ya conjurado el temor...
...Tan valiente como contenta, a su casa volvió a secar al gañán, dando mesita para el próximo huracán... Para la próxima tormenta.
Desde entonces mi tiempo lo gasto en espiar los rincones del cielo ya desesperar.
Si no están las nubes ansiadas, los estratus, los nimbus, los cúmulus son un mensaje felíz para mi corazón...
...Pero jamás volvió mi amada.
Por que tantos fierritos la empresa instaló, que su esposo en millonario se convirtió
Producto de tan buena venta, se la llevó a un país en donde siempre hay sol,
en que el buen San Isidro está bajo control... Pues nunca ha habido una tormenta.
Ojalá mi lamento pudiese llegar, con su lluvia y su viento al inexperto par
cuyo pequeño amor ya crece, a contarles que un rayo ha dibujado cruel sobre mi corazón, como sobre un papel... Una flor que se le parece
George Brassens, traducido por Eduardo Peralta

 
1 comentario:
Me gustó tu website. Me encanta el cuadro de fondo, es hermoso, sensualmente poético...
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