
El último té del día me hace concluir... que hay cosas en mí que aún no entiendo.
Por ejemplo el no saber qué es lo que estoy pensando, o el olvidar mi nombre y todo mi alrededor en cuanto estoy meditando, volando muy lejos lejos de cualquier intranquilidad. Sí, no sé que es lo que estoy pensando. Sólo puedo sentir que dentro de mí hay una guerra sin tregua entre mi cordura y mi locura, por que... el mundo onírico se hace inmenso a veces, y las nubes obnuvilan mi mente cuando abro mis ojos. (Tal vez debería caminar con los ojos cerrados, esperando que el silbido del viento guíe mis pasos hasta la salida más extrañamente desapercibid
 a).
a).El último té del día abriga mis pulmones y cubre de vapor mi cansada mirada... Y me hace concluír que, hay cosas que pueden tener una multi-conclusión, claro, como si en una parte de mi camino yo me desfragmentara en diez trozos que fueran viajando en distintas direcciones, huyendo unas de otras... (El calor de la taza caliente en mis labios me cuenta que, quizás no será necesario depender de la prisión de este cuerpo para caminar. El caminar no es físico, sino que mental).
El último conchito de té en el tazón del último tecito del día me relata historias fantásticas, en donde los monstruos huyen de las cavernas donde han permanecido encerrados mil años, sintiendo el calor de la luz en su piel, y las flores por f
 ín se inclinan hacia los cráteres más oscuros de la luna... (La tibieza en esta taza de té cuenta hermosas historias llenas de falasias fantásticas, que jamás algún dios podrá conceder a algún mortal ser, bebiendo té una tarde de finales de invierno).
ín se inclinan hacia los cráteres más oscuros de la luna... (La tibieza en esta taza de té cuenta hermosas historias llenas de falasias fantásticas, que jamás algún dios podrá conceder a algún mortal ser, bebiendo té una tarde de finales de invierno).A este té le falta azúcar... pero huele bien.
Debe tener un efecto somnífero, que me hace conversar tantas estupideces con mi alter-ego, y me hace soñar estupi-cosas que nadie ha soñado antes.
 
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