El tiempo no es bakán, o por lo menos, en esta tierra no lo es. Sucede que uno quisiera escribir la tremenda volá de escrito acerca de lo que sucede dentro de uno, y conversar con Nkö tomando tecito hasta muy de noche sobre las cosas que acontecen dentro de los minutos en que se nos es permitido actuar como personas, antes de sumirnos en el hermoso mundo onírico...
Es que no hay tiempo, es que quisiera escribirte el meo testamento pero no puedo, ¿por qué?, por que es muy tarde y tomando en cuenta que mañana debo ir a pertenecer al sistema, nuevamente, caminar zombimente por la mañana temprano para rendir un exámen matemático que no tengo más esperanza que el azar se siente a mi lado en esos entonces. Otra razón es por que en cualquier momento siento los pasos de mi madre y su voz de Cronos cuando Zeus le cerró la puerta del inframundo, diciéndome el clásico -anda a acostarte hijo es muy tardeeeeee (un eeeeee muy prolongado y gutural). Entonces siento que no hay esperanzas por escribir algo lindo, algo que me tiene excitado y afirmado en un pote de mermelada gigante y yo meto el dedo dentro y me langüeteo y se me pegan trozos de pelo y pastito después a la falange...
No podré ir a la protesta animalista que quería ir. Hay prueba de química.
Iré a despedir a mi compañero Victor el sábado, espero poder tener tiempo en esos entonces...
Necesito tiempo... regálame un trozo de tiempo, je, je...
 
1 comentario:
tonto que me tení botá tu ahora, te desapareciste nuevamente
Publicar un comentario