
-Oh, mi señor, estaba yo muy ansioso por querer verle llegar hasta acá
-Así veo, ¿Por qué motivo, razón o circunstancia? ¿Hay algo que haya sucedido?
-Exactamente no, digo, sí, hay algo que ha sucedido y siempre ha sucedido
-¿De qué se trata? No tenga temor, cuénteme y expláyese
-Comenzaré, mi señor: todos los atardeceres, cuando el cielo vuelve a teñirse por unos minutos de cierto color sangre enferma, cuando todos admiran aquella belleza que, es rutina de la naturaleza pero sin embargo nadie puede admirarle en su plenitud siempre, sucede algo...
-Le sugiero que comienze a explicarme ya, ¿Sucede algo con Krianas? ¿Has visto algo?
-Mis ojos han contagiado mi memoria con algo, mi señor
-¿Algo como qué?
-Algo horrible, mi señor, resulta ser una bestia horrible, silenciosa pero observadora, que se sienta todos los días a observar el atardecer, y su cuerpo desnutrido hace crugir sus movimientos y sus labios... articulan oraciones, despidiendo al sol y abriendo sus ojos a la noche. Hay algo horrible que se sienta allí afuera que causa más temor que los techos picudos del Monte Arkorksujh al amanecer, algo mucho más feo que todas las bestias que han pisado mis sueños y las puertas de mi palacio, es... el demonio más horrible que he visto, pareciese ser que sus cejas y su rostro entero estubiese petrificado por el sol, es asqueroso...
-No he oído hablar jamás de él, respetado caballero, ¿Podría usted hablar con él?
-Con todo respeto, mi señor, ¿Qué idioma cree usted que habla un demonio?
-El mismo de los ángeles, estimado amigo, un demonio es un ángel, de todas maneras, nunca va en su propia determinación el nacer bueno o malo... sucede que a veces algunos demonios se ven obligados a cometer atrocidades en el mundo para rescatarlo, el ser humano siempre ve lo peor detalle a lo atroz. Debe usted darse cuenta que, si no fuera por ellos, no disfrutaríamos esta cómoda conversación, junto al aroma de este café... ¿Desea más galletas?
-Muchas gracias, mi señor. Con respecto a lo que usted me ha dirigido, hay algo que la humanidad nunca ha podido hacer... es poder entender el idioma angelical. Yo he visto un demonio, y gruñía en un idioma extraño, muy distinto al de un ángel normal
-¿Qué sucedería su Demonios y Humanos hablasen el mismo idioma?
-Tal vez podríamos comprender...
-Tal vez podría yo entender el por qué usted no me mira a los ojos al dirigir sus palabras
-Mi señor, usted es horrible, usted es el Demonio que se sienta a ver el atardecer todos los días, lo siento, usted no está físicamente capacitado para merecer sonreír, su sonrisa asusta, mi señor, usted debe morir.
-¿Y por qué no te esfumas tú, conchetumare?, ¿Por qué chucha crees en vivir en el mundo perfecto, terrenalmente? ¡Ándate a la cresta si no deseas arder, soy un Demonio, ten miedo, puedo escupir tu rostro tal como tú y los demás lo han hecho!. Intento no moverme para que ustedes puedan vivir en paz, pero, ¿Qué hacen?. Ustedes reciben, pero ¿Qué sonrisa se atreven a dar al monstruo que vivió abajo de sus camas, antes que ustedes la ocuparan?. Ándate a la cresta, weón.
 
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