Era éste un concurso corruptamente analizado por sus jueces, en el cual seleccionaban los mejores nombres y comunas para ganar el millón de pesos. Si gana alguien de Puente Alto o Cerro Navia, tal vez ésta persona disuelva este dinero en privilegios que no se merece --Decían los acorbatados organizadores del juego literario-- No queremos competencia, no, mejor démosle el premio nuevamente a un vecino --Agregaban.
Más de medio millón de cuentos fueron enviados con la esperanza de ser reconocidos, y, más aún, lograr el tan preciado premio de un millón de pesos chilenos que servirían para un profundo apoyo monetario (Té y pan).Pero el primer, segundo y tercer lugar, nuevamente fueron ocupados por --"curiosamente"-- personas de La Dehesa, Las Condes y Providencia. El dinero fué guardado en una de las tantas billeteras y, los jueces del concurso, se fueron a celebrar con sus vecinos fachos.
FIN
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