Hay días en que sonríe y lo encuentra todo bello. Y le encanta sentirlo. Es como si la parte más hermosa de sí tomase posesión de su cuerpo entero y lo moviese a aventurarse por los rincones de su imaginación, y del mundo. Sonríe y, de hecho, ríe de todo, siente amor y deja que el aire se cuele por sus narices hasta llegar a los escondites más apartados del interior de su cuerpo.

Pero hoy - hoy no quiere nada. Hoy no siente nada. Podría destrozar a cualquier persona con sus palabras, con sus actos, con sus movimientos. Es un ser bestial, agresivo, triste, victimizante. Le tiene miedo a todo - a todos, y ODIA todo aquello que lo rodea...

Un día amó... y ama aún. Pero no confía en sí mismo. Toda la magia que sintió un día se convierte en imposibles, en lejanía, en la incapacidad por realizar lo que un día se planteó. Se siente feo - no se quiere, está desesperado por huír de su cuerpo y... descanzar hasta que los días oscuros pasen. Por que sabe que estará bien - volverá a estar bien, y al estar bien, no entenderá el cómo pudo llegar a sentirse tan mal sin sentido alguno. Es algo que nunca puede explicar, que siempre sucede...

Esto pasará.

Por el momento quiere estar solo - completamente solo.