Música Melancólica

El primer nocturno de Chopin.
Tun turin turin turin tun tun... tun tun tun... tun turururun...
tun turin turin turu rurururururun turururu ru rin...

Es la música perfecta para no sentir nada. Más bie, que nada te emociona. Es como música para emocionarse por no sentir nada, como si de un momento a otro cayeran lágrimas vacías, secas, casi en polvo y con menos color de lo normal.

De repente revolotea una polilla por mi pieza, se detiene en las paredes y se hecha a volar de nuevo por mi habitación, devorándose la luz. Siento ganas de matarla, por que sí, por que me incomoda su vuelo alegre, me convertí en alguien malo, sí, muuy malo, quiero destrozar a esa polilla de un golpe por que quiero estar solo. En mi pieza, solo, escuchando Chopin, riéndome de todo y llorando por nada. Me siento gótico, me siento emo, me siento púber. Tengo ganas de salir, de hacer algo... Pero ni mi creatividad funciona, como que estoy colapsado de mí mismo y de mi flojera, quisiera hacer algo interesante, fuera de conocer de memoria los espacios que me rodean.

Empieza a sonar el segundo nocturno de Chopin
Tun tin... tun tin tun... tin...
tun tin... tururururu rin... tun tin... tun...
tun tun... tin... tun... tun... tin tan tururin tarun rurin...

Es mi canción favorita en el mundo. Por que me siento identificado. No sé. Esa canción tiene todos los colores, es alegre, es triste, lo es todo. Me da pena, y tanta pena me hace sentir feliz, llámenme loco.

Puede que sea música melancólica, por que es el único nombre que le hallo, es inexplicable cómo definir la sensación de que todo es nada, y nada es todo, no es ni alegría ni tristeza, ni rabia, es... nada. Melancolía por nada, tranquilidad un tanto insoportable pero relajante.

No sé qué es lo que siento.
Quiero estar solo.
Pero acompañado.