Verla es parte de mi rutina, nunca significó nada especial que alterara el balance de mi universo.
Hoy lo alteró caótica y extrañamente.
Y no es que siempre haya sucedido así: ella es mi amiga, linda como las considero.
Habla estupideces a veces, a veces no habla
. Es lo lindo de mis amistades.
Pero hoy, ella no se veía linda: se veía particularmente hermosa.
Me dí cuenta porque al llegar entre el montón de gente, iluminó el lugar de pronto,
Tal vez eran los colores que usaba, tal vez usó algo en su rostro,
o algún detalle del cual no me haya percatado.
Hoy ella no se veía hermosa: se veía casualmente divina.
Lo más probable es que no lo haya planeado - tal como no estaba en mis planes impactarme.
Nunca se lo diré, cabe la posibilidad de que altere su ego, y no quiero estropearla
a tal punto de caerme mal.
No, no. Está bien así. Me cae lo suficientemente bien como para no querer estropearla.
Nunca me gustó, no. No confunda. Pero casualmente hoy brillaba con luz propia.
Hoy brillaba con luz propia de lo linda que se veía.
¿Cómo decírselo sin que piense mal? No - mejor no decirle.
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