Hace muchos años, en lo alto de una torre estaba encerrada una hermosa princesa, que no había salido a jugar en mucho tiempo porque estaba muy sola. Aburrida, esperó a que llegara un príncipe
a rescatarla.
Pasaron muchos días hasta que un príncipe de pelo azul se vio desde lejos corriendo en los bosques y praderas, dispuesto a rescatar a la joven princesa. Cual fue la sorpresa entonces, que él se encontró con un enorme dragón que expulsaba fuego.
El príncipe había leído muchos cuentos de rescates a princesas, donde él debía enfrentarse al dragón.
Entonces, sacó su espada, y cuando estaba a punto de luchar contra el tremendo animal, oyó a la princesa gritar desde lo alto de la torre: ¡No golpees a mi amigo!, el dragón es bueno, sólo está encadenado, por eso no puede salir a jugar, al igual que yo.
El príncipe vio que el pié del dragón estaba atado a una cadena. Entonces de un espadazo rompió el candado y volando sobre su lomo, subió a rescatar a la princesa, en la torre más alta.
-¡Gracias por rescatarnos a mi amigo y a mí!, ¡Ahora podremos ir a jugar todos juntos!-Dijo la hermosa princesita, subiéndose al dragón que pronto comenzó a batir sus alas, y los
tres se fueron felices a jugar muy lejos de allí.
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