La cosa es que extendimos la última sílaba: "¡...si quieren esclavizarnos jamás lo podrán lograaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa....r!", haciendo competencia para ver quién duraba más haciendo "aaaaa!". Yo me enamoré de ella (ups, sí, era ella) en ese momento, pero más aún cuando al final por alguna razón se persignó como los Cristianos, pero en lugar de hacer "en el nombre del Padre...", pasó sus dedos por las imaginarias llagas de su cuerpo diciendo "A, B, C, D, E" y yo me cagué de la risa.
Me despertó la alarma del celular y ahora estoy escribiendo ésto cuando debiera repasar lo último para una prueba satánica de la universidad.
Adjunto el Canto Final de la Cantata Santa María de Iquique (que es un temazo de esos que te levantan del asiento).
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