El sueño de un dragón - censurado

La desgracia del hombre que nació dragón en un cuento de héroes y rescates. El que simplemente ronda por el castillo custodiando una estrella, un ladrillo, o un eterno dormir... unos pechos que se levantan y desploman sin interrupción. El dragón nunca hizo nada, el dragón jamás tubo la noción de lo que había dentro de su castillo... Su misión simplemente era vivir, observar y pasearse por los eternos pasillos, conversando con los viejos retratos enmudecidos (cada uno con su propia hermosa gran historia escondida en el óleo de sus sonrisas y arrugas).

El dragón nunca sospechó acerca de la respiración de la doncella que dormía dentro de su hogar... jamás pensó en subir a las viejas habitaciones de los cuartos más altos en las torres, por que su hogar estaba abajo. Junto al río, junto al ave, cerca del viento de la mañana acariciando sus escamas.

Pero, ¿qué sucedió un día?.
Un día se dió cuenta que estaba condenado a ser derrotado por un hermoso héroe, y que no podía hacer nada al respecto.
Estaba condenado por su imposibilidad física, por su destino escrito en aquel cuento, por su rol de bestia en un mundo que sólo permitía vivir a la perfección y la utopía...
Pero el dragón no quería utopía... amaba todas aquellas perfecciones e imperfecciones... totalmente balanceadas unas de otras, pensaba que en aquello estaba el sentido de su vida, y que algún día volaría hasta las torres más titánicas de su hogar.

Pero estaba condenado. Condenado a ser él, condenado a desplomarse bajo la espada de aquel caballero de fantasías utópicas.

El dragón deseaba poder respirar al día siguiente...