Y al ver ante mi le mármol que impregna la tristeza, comprendí toda injusticia humana y comprendí que existía la miseria. Y vi , ante mis ojos desfilar las visiones mas horrendas: esas que arrancan jirones del alma esas que crispan la inerte materia… y vi con angustias infinita el arrabal inmundo y su laceria; las vírgenes vi en los duros lechos reclinar sus cabezas ; vi mujeres gemir en el vil parto de crueles bajezas y las vi lamentarse y vi al verdugo infame que las veja, y al rico que las viola y abandona al olvido , al dolor y a la pobreza. Y yo vi desfilar ante mis ojos. horrorizados de ver tal escena, niños semidesnudos y hambrientos que marchaban mas tarde a 1as tabernas que eran después carnada de hospitales , o bien de cárceles crueles y horrendas y comprendí el porque hay algunos que odian a1 que enseña.
Y vi la explotación de os inicuos , vampiros de un secta , parásitos infames que corroen , la sociedad moderna y a1 ver yo con dolor la hipocresía a mi alma toda invadi6 la pena...Siguieron las visiones…y yo vi desfilar larga caterva de obreros miserables que las Urbes humanas hacen bestias: y vi rudos mineros, los que esforzados bregan por extraer el oro a las montañas, fecundas de la tierra; y yo vi a los obreros asesinos que marchan a la guerra ¡pobres que van a defender la Patria y que nunca han sabido lo que es ella, pues solo han ido a defender terruños o trapos viejos que es de ricos esa patria y que la patria de ellos es la tierra!
Ellos no saben que los trapos viejos de la Patria no son el sacro emblema, por la patria para ellos no existe, y si existe la patria que es aquella que los vampiros negros llaman fieros - ¡La humanidad: Quimera!...
Y vi los sacerdotes de los cultos falsos, hipócritas de la modestia, y cual visión fatídica vi la raza plebeya, la que sufre y no sabe que su Patria es la tierra y que su emblema hermoso es el gran cielo azul con sol y estrellas!...
Y vi marchar cual fieros asesinos, al compás de una música de guerra, obreros llenos de odio para dar muerte a hermanos en la guerra y profanar con sangre la faz bendita de la madre tierra.
Y vi caer el plomo de cañones la carnada…
Después vi la osamenta fecundando la tierra do sus hijos para otros han de producir riquezas; y yo vi con el dolor del alma toda esa raza plebeya que marcha hacia los campos de batalla a matar a sus hermanos de miseria…
La visión se deshizo antes mis ojos, pero no la tristeza y cuando abrí mis húmedas pestañas y vi a la pobre, moribunda vieja, - ¡ Esa es la sociedad actual!- me dije, la sociedad moderna, la que es toda laceria y la que es cual sepulcros blanqueados llenos por dentro de larvas infectas.
Y cuando vi la chica que tirita y busca tibieza, me pareció la juventud. La Pléyade de revolucionarios que a levantarse empieza y que ha de apostrofar a los que explotan con el rudo anatema, con el desprecio vil de la horca y la vergüenza.
Y mire por vez ultima la estatua que impregna la tristeza, aquella estatua que el dolor humano quiso llamar “miseria” y que expresa el dolor de los que sufren y que de dolor es: Todo poema!
Y como bello símbolo mire a lo lejos la estatua “quimera” ¡OH la aurora se acerca! ¡Futuras rebeliones, el toque del clarín vibrante suena! ¡Yo sé que un día el triunfo se entonara al vibrar de Marsellesas!
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noviembre 23, 2013
Fantasía sobre la estatua Misere - José Domingo Gómez Rojas
Ante esto tengo mil comentarios acerca de mis mil sensaciones. Pero tengo tanto sueño que obviaré mi discurso de introducción y a grandes rasgos diré que a continuación usted leerá una crítica social. Una crítica de las buenas, de las que te inflan el pecho como un gorrión. Lea usted:
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