Más miedo tengo de quedarme callado
Privar a mi alma de despojarse de las ropas sucias 
Apolillándose de ti – acumulando tu mugre 
Yo te amaba tanto que olvidaba los días 
Mis velas inclinaban su oriente hacia ti
Horizonte fuiste, lejana y de tierra cuadrada
Con sorpresivos asaltos y rocas afiladas 
Del horno de mi corazón salieron los poemas
Estrategias de infinitos enredos y lluvias de azúcar
Humeaban ellos y crujían en tus dientes 
Valía la pena revolver la miel y la leche
Catalina es tu nombre maraco de culebra venenosa
Traicionera como tú sola
Mentirosa cual demonio de aliento tóxico
Yo te amé, infeliz, ojos de excremento 
Yo te amé como nunca.
Cuántas hojas rasgadas de su espiral
Bocetos de ideas intangibles 
Sueños dirigidos en cohete
A un satélite imaginario 
Invisibles moldeados en papel
Tu nariz es como un ano 
De caballo 
            Discúlpenme
los caballos
Un día me dijiste “no me gustan los poemas”
Y así asesinaste lo único que podía darte
Más allá de mis bolsillos sin bienes 
Nada pude darte si mis escritos enmudecen. 
Culebra es tu nombre traicionero de mierda
Corto tu cabeza con cuchillas 
Mis palabras son balas de fuego 
Que levantan mi alma cual fénix 
Sobre tu infeliz sombra. 
 
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