Y llegaron los Annunaki, y llegaron los reptilianos. Marchaos todos con el poder del Señor Tenoch con la justicia y la razón que carga en su eterna sabiduría.
Los reptilianos resistieron a huír, pero el ejército de Tenoch los degolló a todos y con la sangre derramada de los enemigos, se hizo combustible para la nave espacial del Señor Tenoch.
Pero, antes de marcharse, Tenoch le quitó la sabiduría al humano, entonces, el humano fué tan persona como el resto de los seres vivos.
Diez años más tarde, los reptilianos intentaron atacar a la tierra, pero el ejército de Tenoch escuchó el ruido de sus naves espaciales y volvieron a castigar a los malvados reptilianos, los cuales no volvieron a molestar a la tierra, sabiendo que estaban bajo la vigilia del Señor Tenoch.
 
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