¿Qué haces cuando todo parece escapar de tus manos?
¿Cuando escapa de tu mundo?
Parece ser que estás colapsando, que tanto dentro de tí no puede más, que en un momento estallarás en mil colores opacos y brillantes, cambiantes, combinados entre sí... podrás lastimar y amar a muchas personas, podrás ser feliz y voltearte a llorar sin que nadie te vea...
¿Qué sucederá?
¿Si todo huyera de verdad de entre tus manos?
Entonces tratas de tomar el control de todo, y al encontrarte con un extraño camino sientes miedo... pero tú, hombrecillo de lana, sigues adelante, el mundo parece lastimarte y para mantener el silencio aprietas aún más los puños...
Por que eres tan débil, hombrecito, eres tan pequeño en tu propio mundo que el miedo atraviesa tus pulmones y abraza tu columna y no te permite respirar... Por que dentro de tí todo parece estar equilibrado sobre una franja de seda que en cualquier momento parece voltearse y destruír y amar todo, todo lo que te rodea...
Tratas de tomar el control, la razón es tu mayor fuerte, saber que haces lo correcto a pesar que aquello arda en tus ojos de incertidumbre, el camino es largo y ancho y oscuro... no sabes hacia dónde pisar, pues tus pies se han desaparecido bajo las sombras...
Cómo sientes el dolor, la alegría efímera y la ausencia de respuestas, preferirías a veces estar muerto antes de volver a vivir así...
pero, ¿por qué sigues adelante?
No sabes hacia dónde vas, hombrecillo, has perdido la noción del tiempo y de tu corazón, estás vacío de todo sentimiento y dudas de ti mismo.
Cuando te liberas de aquel peso, comienzas a llorar.
Como si extrañaras el dolor, como si fueras Atlas cargando el planeta en su espalda...
¿Qué será del mundo el día que caigas de verdad?
No caerás, hombrecito pequeño, levanta tu mirada y toma el timón de tu barca. Tu fortaleza existe... y siempre viaja contigo.