Si tubiera que dibujar un gráfico con las respuestas que mi cambiante mentalidad suele dar, obtendría un garabato descomunal con altos y bajos, un montón de dientes dispuestos a tragar todo lo que he pensado y hecho en la vida. Me he equivocado, y, hablo del pasado. Y antes de equivocarme ya me había equivocado ya, lo peor, es que aquellas equivocaciones no tienen vuelta atrás, es el tiempo ridículo que jamás logra curar las heridas de "infancia" y "puber". Recuerdo las voces, las risas, los rostros, los empujones de todos aquellos niños, hijos de puta, que vieron en mi ridículo cuerpo y personalidad un motivo para su entretenimiento morboso.
Así es como me puse a conversar con mí mismo, y me dediqué a guardar silencio para apartarme de todos. La gente es mala, es extraña, es morbosa, es pesada y la mayoría huele a mierda... sería bastante

(Esto no está pasando... radiohead) Más tarde, los impulsos de la vida, las ansias por querer salir, y ayudar a salir a quienes se encontraban en alguna situación parecida a la mía. Pero, volví a caer, y hasta hoy caigo, hacia todos los lugares que observo, me veo a mí mismo cayendo, me oigo, se desintegra mi voz en la oscuridad, y nadie escucha, por que les da paja, por que están muy ocupados en su mundo. Pierdo mi voz, pierdo mi sentido de la visión y entro al mundo miope, y prefiero cerrar los ojos antes que volver a sufrir observando cómo el mundo se nubla y se hace vergonzoso ir, y no entender nada. Oigo, huelo, toco, me encojo y pienso en el pasado. Pienso en el presente. Pienso en que si existirá para mí un futuro.
Ocasiones en que no creo en la magia... quiero desaparecer, y dejarle una carta a todos diciendo que son unos malditos hijos de puta. Pero no. No puedo. No lo son.
Mataría a todos aquellas personas, y decendientes de ellas, que hayan hecho de mí, una monotonía andante...
Si usted tiene razones para amar su vida, cool.
Si yo tengo razones para detestar mi vida, es huevá mía, y jamás he doblegado mi determinación de desaparecer.
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