Extrañar

Se acerca siligiosamente la noche otra vez
y ningún fantasmal rastro de su aroma me ha hecho reaccionar.
Como estar en coma. La monotonía surge del fondo de la nada
como si ninguna canción fuese lo que intenta ser -
y mi lengua no fuese capaz de percibir el sabor.

Su aliento danza muy lejos de aquí, lejos de mis labios
lejos de todo lo que imaginamos.
Es lo que se puede llamar "hambre de su existencia",
colores esperando por mí al otro lado de un cristal momentáneamente irrompible
donde ella baila, sonríe...

Tal soledad insaciable como, despertar de un sueño
donde la hermosa protagonista se disolvió entre el último despertar
y el rastro de su voz se nubló en mis sábanas frías - aún más frías sin su aura acariciando la mía.
Volver a presionar los ojos contra la almohada no trae felicidad...
el color más hermoso ha viajado hacia el sur.

Me mantengo, entonces, adosado a la espera -
al tiempo que se arrastra en forma de sombra por las paredes
llenando mi boca de vacío - silencio - sequedad.
Un beso suyo que cure el mal de soledad, su sonrisa impregnada en la mía
un sueño que dure aún más... y que no termine jamás.

Es que, podría dormir para siempre, Knotosch, y verle de nuevo...
podría abrazarme a su pecho y no despegar mi alegría de su risa.
Podría hoy cerrar los ojos y buscar su aroma por todo el planeta
Más allá del sabor dulce que hoy tiene el horizonte
Y encontrar donde se funde el color de sus mejillas con el atardecer.

Y no querer volver nunca más. Nunca, nunca más.