Leí este texto por primera vez en el libro "Ser niño huacho en la historia de Chile" de Gabriel Salazar, citando en una página al Mexicano José Emilio Pacheco. Retrata la cruda y hermosa realidad de la superioridad espiritual de los niños frente a los adultos ("Sienten miedo de todo. Obedecen siempre a alguien..."). Algo que realmente me llegó y quiero compartir con el resto del universo:
A los diez años creía que la tierra era de los adultos.
Podían hacer el amor, fumar, beber a su antojo, ir adonde quisieran.
Sobre todo, aplastarnos con su poder indomable.
Ahora sé por larga experiencia el lugar común:
En realidad no hay adultos, solo niños envejecidos.
Quieren lo que no tienen: el juguete del otro.
Sienten miedo de todo.
Obedecen siempre a alguien.
No disponen su existencia.
Lloran por cualquier cosa.
Pero no son valientes como lo fueron a los diez años.
lo hacen de noche, en silencio y a solas.
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