¿Juliette? Introspección al corazón de la insertidumbre.

-Vamos, cuéntame más.
-¿Qué podría contarte?.
-¿Cómo es su mirada?
-Profundísima y dulce, parece decir muchas cosas con el movimiento de sus pupilas a pesar de que no quiera decir nada... Dudo si sus ojos se parecerán a los de su padre o su madre. Lo único que sé es que el color de sus iris es indecifrable, cambiante según la iluminación y su estado anímico, varía entre la coca-cola, el caramelo y el cielo nocturno, un pantano, el vado del mar, el océano en sí y la nieve.
-Vaya, y ¿te ha dirigido la palabra alguna vez?
-Extraña vez, no habla con nadie. O nadie dentro de mi círculo de conocidos, es admirada por muchas personas pero causa miedo.
-Causa miedo qué?
-Su piel, sus ojos, su silencio...
-Oh, creo que debería hablar con ella
-No, no, no seas tonto. Déjale ser, es parte de su escencia...
-¿Escencia? ¿Sabes de lo que estás hablando cuando hablas de escencia?
-No estoy seguro...
-Creo que para hablar de la escencia debería conocerle de cerca.
-Puede ser peligroso, no seas insistente.
-Soy un porfiado y no me cuesta reconocerlo.
-Entonces, ¿Por qué no te has acercado a intentar entablar una conversación con ella, sin ser víctima de sus tajantes respuestas?.
-Creo que por ese mismo miedo del cual tú me hablas.
-Lo dudo
-Por?
-Por que tú en verdad tiemblas y detienes tu respiración al preguntarme por esta persona.
-Qué ridículos detalles rondan por tu cabeza...
-Eso crees? Sólo observo
-Yo también observo
-¿Te concentras en el movimiento de mis labios y mi expresión al hablarte? ¿O tomas énfasis en lo que te cuento acerca de ella?
-Las dos cosas
-Enserio?
-No
-Está bien. Te seguiré contando y riendo para mí mismo al ver cómo arden tus ojos queriendo saber un poco más.
-Ridículo
-Vayamos al grano. Ella es un silencio, parece no rozar ni tan siquiera el aura de las personas que circulan a su lado. Siempre se reúne con las mismas personas, en los mismos lugares. Creo que es bastante aburrida.
-¿Por qué dices eso?. Yo no creo que sea un silencio viviente. Yo creo que ella es un grito perdido entre las montañas. ¿Siempre prejuicias de esa manera a las personas que no conoces en absoluto?
-No es necesario que te enojes...
-No me enojo. Sólo doy mi pequeño punto de vista acerca de la situación
-¿Y?
-Cuéntame más, ¿Qué hace en sus tiempos libres?
-Camina por allí, sumida en sus pensamientos, observando fijamente cada escena de su vida, convirtiéndola en algún tipo de memoria vagante.
-¿Huele a algo?
-No lo sé. No me fijo en esas cosas.
-Puede que sea inodora.
-A lo mejor. Me doy cuenta que preguntas puras estupideces ínfimas.
-Para mí lo ínfimo es un océano de nuevas preguntas que no te haré, por ahora.
-¿Por qué?
-Por que sería una lata conocerla entera.
-Que idiota.
-Déjame pensar lo que quiero.
-¿Qué es lo que piensas acerca de ella?
-Pienso que en cada paso que da, hay una canción, una palabra nueva para un vocablo nuevo inventado por mí en inspiración de su cuerpo intangible. Pienso que trás su inaudible voz puede haber un ángel, o una enorme bestia intentando huír de este mundo. Pienso que... si deseara escapar de este mundo yo, huiría junto a ella. Pienso que durante mi vida entera fuí ciego hasta verle, por un par de efímeros segundos. Pienso que desearía extender mi vida para saber un poco más de ella, aunque sea de tus palabras...
-¿Sabías...?
-¿Qué?
-Está muerta.
-Ah, Bueno.