La ví, movía su cuerpo en el aire, tomando mil direcciones distintas en menos de un minuto, su viaje era un vaivén el cual admiré por aquel largo instante en que abandoné mi libro sobre el pasto. Por que me causó intriga su vuelo, su destino, su existencia lineal entre el nacer oruga y morir mariposa. La ví tan pequeña, tan animada dentro de su vuelo que me enteré que ella ignoraba por completo mi concentración y admiración por sus alas de color atardecer, y supe que nunca voltearía su vuelo hacia mí, por que simplemente arrancaba de algo desconocido. La admiré y admiré su lento vuelo, con el cual siempre logró huír de todo aquello que quisiera destrozarla. Su fragilidad no alcanzaba a crear sombra alguna... simplemente era ella, en un vuelo pasajero, delante de mí. Se marchó, y nunca sospechó que yo detuve mi tiempo para admirarle y pensar en ella, mi pensamientos jamás lograron rozar su cuerpo diminuto entre aquellas alas coloridas. Pensé en ella, pensé en la delicadeza de su corta vida, y pensé en su belleza.
Si es tan bella, ¿Por qué nació mariposa?, ¿Por qué vivirá tan poco?.
Cómo quisiera que viva mucho más, para que todos sonrían con lo que yo admiré un día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario