Mal Imitador...

Que no me importa, que no quiero oírlo más. Que no deseo leerlo más, no, no quiero. Tantos siglos buscando la manera de ser una persona auténtica, silenciosa, pero auténtica. Esta manía por querer escribir lo que siento y publicarla si se me da la gana, y no publicarla si es que no quiero, total confío en la ausencia total de ánimas por sobre estas malditas letras (escritos como gritos desgarradores ignorados por la sordera voluntaria de la gente). La música que oigo, los paisajes que amo y detesto, este sentimiento atorado por una invisible mano presionando mi boca.

Tú no sabes como soy. No, no lo sabes, y contemplas una máscara forzada sobre mí... ¿Es eso lo que te gusta?, ¿Es eso lo que admiras?, ¿Es eso lo que copias?. Dime tú, ¿Qué deseas que haga ahora?. ¿Qué sucedería si me quedase petrificado sin respirar bajo el manto de la auto-matanza del cuerpo, hoy?... ¿Qué harías mañana, en este hipotético caso?, ¿A quién imitarías?, ¿De quién dependerías?.

Cómo quisiera decirte, gritarte, soplarte de alguna forma esta pequeña rabia que enciende otros rincones de mis costillas y sube allí más allá de mis narices. Que no quiero saber que soy un ejemplo, que no sentir que espías mi forma de ser para... adoptarla tú. Me ha costado tanto tallar esta personalidad, dentro de una bipolar manera de vivir, me ha costado. Y no pienso dejar que alguien como tú trate de crear una plástica copia de mí, no, no, no quiero, no quiero eso.